San Gerardo de Rivas, donde la montaña cuenta su historia
Desde niños crecimos rodeados de montañas, en un pequeño pueblo llamado San Gerardo de Rivas. Aquí se vive con el sonido del río y el canto de los pájaros. Las tardes huelen a café recién hecho y las mañanas, a leña y tierra mojada. Desde la plaza, se ven las montañas que parecen azules en los días de verano. Aunque sabíamos que eran verdes, ese verde tan intenso, siempre imponía respeto. De niños cantábamos que Toño Pizote era amigo de los niños y los bosques, que queríamos cantar como el quetzal y brincar como el jaguar.
San Gerardo un pueblo donde se respira montaña
Es un sitio donde se respira esfuerzo, humildad y comunidad. Muchas de las familias aquí han vivido por generaciones en las faldas de la montaña, cultivando, guiando, trabajando como porteadores y también, sirviendo café caliente a quienes se atreven a subir a conquistar la cima.
Un sendero entre cafetales, niebla y vida
Caminar por el Chirripó es adentrarse en distintos mundos naturales. Y quienes lo han hecho han conquistado cada parte del sendero y su magia. Todo inicia en propiedades privadas, donde los cafetales, los cipreses y el bosque lluvioso marcan el comienzo del viaje. El sendero es más abierto y expuesto y a sus alrededores se pueden ver la agricultura de los locales con los plásticos de los siembros de tomate y chile. En los primeros kilómetros recuerdo cuando mis papas nos traían a coger café cuando éramos pequeños. Era duro llegar al cafetal y más duro recordar todas las coloradillas que nos picaban. Pero en esta parte del sendero, recuerdo que podíamos ver monos cara blanca, muchas aves, uno que otro tepezcuinte y, claro, las culebras cayendo en los canastos, aunque rara vez se ven en el sendero, así que no hay que preocuparse por esto mucho.
Más adelante aparece el bosque nuboso, que lo invita a conectarse y evaluarse uno mismo, por los general como el sendero es más cerrado, el bosque esta envuelto en neblina, hay más humedad en el ambiente, se siente un aire pesado pero puro. Una brisa que le roza la piel y que acelera el corazón, con árboles de troncos gigantes cubiertos de líquenes que cuelgan como barbas de viejos por eso hay un kilómetro que incluso se llama así. En esta zona es común ver monos ardilla, pavas, moscos, jilgueros, quetzales, chanchos de monte, guatusas, hongos de todos los colores.
El bosque que ardió y el dolor que floreció
Cuando uno pasa el kilómetro 10, el bambú empieza a rodear el sendero. Y justo después, se llega a un tramo que deja una impresión profunda. Este es el bosque quemado, un tramo que fue consumido por el fuego.
El verde vibrante de los árboles desapareció ante las llamas y, por un tiempo, solo quedaron troncos ennegrecidos, ramas desnudas y un silencio que dolía.Primero, impacta porque se pueden ver abiertamente las fronteras del parque y, a lo lejos, la vista de la ciudad. Luego, por primera vez, se logran ver los imponentes Crestones.
Pero la naturaleza, sabia como siempre, empezó a sanar. Las plantas epífitas, esas que no necesitan tierra sino que viven sobre otros árboles, comenzaron a abrazar esos mismos troncos calcinados. La vida volvió, de otra manera diferente, más fuerte.
A este lugar yo le llamo el bosque encantado, porque aunque transmite una tristeza profunda, caminar entre esos árboles quemados es como escuchar un susurro del bosque, como si intentara contar la historia de su dolor. Y, al mismo tiempo, de su transformación y siento que es la parte donde la imaginación puede volar y imaginar todo lo que pudo haber sucedido.
Chirripó más que una cima
El Chirripó no es solo una cima por conquistar. Es una historia viva que se recorre paso a paso, entre bosques que murmuran secretos antiguos y senderos que guardan memorias. Allí, un pueblo que con humildad y fuerza camina de la mano con la montaña. En ese lugar donde el silencio se mezcla con el viento, descubrirá que no sube solo a contemplar un paisaje, sino a reencontrarse con algo profundo y esencial.Todos esos sentimientos se viven en este rincón que debe conocer. Porque el Chirripó no se visita… se escucha y se siente. Y cada uno lo cuenta de una forma diferente, ¿cual será la suya?
Por último, les compartimos un video con recomendaciones para subir al Cerro Chirripó. También los invitamos a visitar nuestro blog para descubrir más consejos y tips prácticos. ¿Qué llevar al Chirripó?